Pasapalabra | NADA HAY IMPOSIBLE PARA DIOS (Lc. 1,37)
25 de marzo de 2021
NADA HAY IMPOSIBLE PARA DIOS (Lc. 1,37)
Esta frase le dijo el ángel a María en la anunciación. Se refería a Isabel, que era estéril y había concebido un hijo en su vejez.
NADA HAY IMPOSIBLE PARA DIOS (Lc. 1,37)
A veces puede suceder que nos sintamos estériles; que no damos frutos en nuestro trabajo, en nuestras relaciones, en la vida familiar y en la vida espiritual.
Quizá confiamos solo en nuestras fuerzas. Es necesario ir más allá de nuestras capacidades con la ayuda de Dios. Confiarle todo, incluso nuestras aptitudes, nuestros éxitos y fracasos.
NADA HAY IMPOSIBLE PARA DIOS (Lc. 1,37)
Si nada ha funcionado hasta ahora, si una vez más la imposibilidad nos inmovilizó, los obstáculos se multiplican y nuestras debilidades son evidentes, recomencemos.
Recomenzar es creer que para Dios nada es imposible.
Que podamos repetir en nuestra vida las palabras de María cuando fue a visitar a su prima Isabel: “El todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas!” (Lc. 1,49)
Apolonio